¿Por qué baja el Coeficiente Intelectual?», por Aurora Herrálz

Escribe: Aurora Herrálz Águila

Según un análisis que el autor y profesor suizo Christophe Clavé realizó en su libro «Les Voies de la Stratégie» (Los caminos de la estrategia) el coeficiente intelectual de la población mundial, que hasta los años 9 del siglo XX había crecido siempre, ha ido decreciendo notoriamente en los últimos 20 años.

Estos estudias colmcien con el llamado «efecto Flynn», que había señalado este aumento sustancial y sostenido de las
puntuaciones de las test de inteligencia, y que ahora se contrasta con un efecto inverso, es decir, un descenso de las puntuaciones del del CI (Coeficiente Intelectual) que viene sucediendo desde 1990, fundamentalmente en los países europeos.

Parece que las causas se encuentran principalmente en el empobrecimiento del lenguaje: «no solo se trata de la reducción del vocabulario utilizado, sino también de las sutilezas lingüisticas que permiten elaborar y formular un pensamiento complejo». El uso simple del lenguaje produce una irremediable pérdida del pensamiento complejo y por ende una reducción del coeficiente intelectual de las personas.

LA DESAPARICIÓN gradual de los tiempos verbales (subjuntivo, imperfecto, formas compuestas del futuro, partcipio pasado), que provoca líneas del pensamiento casi siempre casi siempre limitadas al presente, generan en el hablante la incapacidad de hacer proyecciones en el tiempo.

La eliminación de palabras, de mayúsculas o signos de puntuación, por considerarse «prácticas obsoletas», lastiman gravemente la precisión y riqueza de la expresión verbal.

Cuantas menas palabras, menos pensamientos, con lo cual tampoco hay pensamiento crítico ni análisis. Igualmente, la reflexión y la solución de problemas quedan fuera de las facultados.

El diciomario de la Real Academia Española de la Lengua contiene 88 mil palabras. Sin embargo, los jovenes utilizan frecuentemente unos 300 términos y, de ellos, al menes un 35 por ciento son groserías y emoticonos.

Cuantas menas palabras, menos pensamientos, con lo cual tampoco hay pensamiento crítico ni análisis.

Menos palabras y menos verbos conjugados implican menos capacidad para expresar las emociones y menos posibiid de elaborar un pensamiento. Los estudios han demostrado que parte de la violencia en la esera pública y privada proviene diorectamente de la incapacidad de describir emociones a través de las palabras. Sin palabras para construir un razonamiento el pensamiento complejo se hace inviable. Cuánto más pobre es el lenguaje, más desaparece el pensamiento.

El socialista democrático Georges Orwell, en su conocido libro «1984», al igual que Ray Bradbury, en su premiada obra «Fahrenheit 451», entre otros muchos autores, han puesto de manifiesto cómo todos los regímenes totalitarios han obstaculizado siempre el pensamiento mediante una reducción del número y el sentido de las palabras.

Por su parte, la ONU ha calificado el impacto de la pandemia, en términos educativos, como una «catástrofe mundial», afirmando que durante este periodo, 101 millones de niños jóvenes cayeron a niveles inferiores al mínimo en los que a comprensión lectora se refiere, anulando así los avances logrados en los últimos 20 años.

En esta sociedad hiperconectada pero que aparentemente nos conduce a una gran pobreza intelectual colectiva, se nos anima, especialmente a padres y profesores, a hacer un importante y comprometido trabajo: leer, leer y después… ¡seguir leyendo! Motivarnos a encontrar sinónimos o metáforas para expresarnos de forma diferente; evitar programas televisivos que empobrecen el vocabulario; leer prensa al menos una vez a la semana; llevar a cabo conversaciones en vamilia que tengan un nivel intelectual elevado para promover la reflexión y el análisis; obligarnos a escribir palabras completas cuando nos comunicamos por chat, email o redes sociales.

Como bien afirmó Rad Bradbury en una de sus más célebres frases: «No tienes que quemar libros para destruir una cultura. Solo haz que la gente deje de leerlos».

Menorca Es Diari (4 de marzo de 2023)