Cada vez más gente hablando de ello. Genera curiosidad y expectativa. Ilusión y miedo. Pero, sobretodo, muchísima ansiedad. Han pasado pocos meses y en el mundo miles de personas están multiplicando sus ganancias con su uso. En paralelo, muchísima gente está perdiendo sus empleos y odiando a la que podría ser la herramienta más revolucionaria desde la internet o la imprenta.
Me refiero a la inteligencia artificial (AI). ¿Que significa? Si internet es una red global de computadoras que nos permiten compartir información como nunca antes en la historia (aunque la usemos para chatear y ver tonteras en Instagram y TikTok). Lo que hace la inteligencia artificial es, nada menos, que pensar, aprender, analizar y resolver problemas, siguiendo patrones similares a la inteligencia humana, pero con toda la información del universo a su alcance y mil veces más rápido.
¿Qué significa esto? No lo sabemos aún. Pero, en las últimas semanas, estamos viendo como van apareciendo, cientos de herramientas basadas en inteligencia artificial que podrían (y deberían) facilitarnos la vida. Por ejemplo, Teams, el Zoom de Microsoft, ya anunció que su versión Premium, reforzada con AI, la cual podrá grabar, transcribir, analizar, hacer resúmenes y, nada menos que, proponer conclusiones y recomendaciones de las larguísimas reuniones virtuales.
Pero me quedo corto. Hay aplicaciones para pensar y, literalmente, crear música, diseños, fotos, videos en 3D, poesía, webs, pinturas, diseños de ingeniería, medicina, arquitectura, finanzas, economía, bolsa, cine y un larguísimo etcétera. Esto es solo el inicio de algo mucho más grande.
El tema no es nuevo. Hace años convivimos con Alexas, Siris, teléfonos, relojes, focos y demás artefactos “inteligentes”, que aprenden para servirnos mejor (y de paso obtener toda nuestra data). Pero, detrás de esos aparatos con funciones precisas, existen expertos en software con procesadores carísimos. De hecho, todas las grandes empresas de software del mundo venían trabajando en ello.
Lo que ocurrió el 30 de noviembre del año pasado fue histórico, porque, por primera vez en la historia, se liberaba una herramienta de inteligencia artificial de manera gratuita.
Se trata de el chat GPT, una herramienta que procesa textos (aún con errores) pero que, literalmente, piensa, aprende y mejora día a día. Perfecta para arrancar un texto, investigación, guion, estrategia, etc. Ya hay estudios que indican que los procesos de investigación, estructura y redacción se han reducido notablemente y hoy, las estrellas son los editores, quienes verifican data, corrigen estilo y mejoran la forma.
Yo la estoy usando hace unas semanas y dedico más tiempo a editar y saber cómo dar indicaciones. Además, es perfecta para romper la procrastinación.
La herramienta es súper potente. El tema es estar a la altura de su poderío y, precisamente, saber dar las indicaciones correctas. Esto es tan, pero tan importante, que existe un concepto para ello: se le dice “prompt” y están surgiendo carreras y especialidades como ingeniería de prompt. Se estima que en un futuro cercano, la gran mayoría de profesiones usarán como asistente herramientas de AI y saber dar indicaciones correctas será indispensable.
Pero este es solo el comienzo de un camino que se expande en múltiples direcciones cada día. En principio, esta herramienta debería, como especie, permitirnos “pensar” mejor y utilizarla para mejorar lo esencial: la salud, la educación, el cuidado del medio ambiente, la economía, la seguridad y ayudar a reducir las brechas en el mundo. Además de una obligada reestructuración de los procesos de aprendizaje en el mundo, esta herramienta debería permitirnos trabajar menos y disfrutar más la vida. Sin embargo, todo apunta a que ese no será el camino. ¿Estamos listos para tanta tecnología? ¿O seguiremos siendo monos con metralletas, pisoteándonos entre nosotros? Con inteligencia avanzada y emocionalmente cavernícolas.
Video realizado solo con IA (Pantheon Lab, Hong Kong)
Centurión, J. [jeronimo.centurion] (16 de abril de 2023). Cada vez más gente hablando de ello. Genera curiosidad y expectativa. Ilusión y miedo. Pero, sobretodo, muchísima ansiedad. Han pasado [imagen adjunta]. Facebook. https://www.facebook.com/jeronimo.centurion/posts/pfbid02ongJ8J1KHECgdjhsgMfobMb6LJxsU41chwLEEMkBJwfafh9R7zNpRHHDdP2WRBeEl